Las primeras casas rurales. De chozos, cubos, cucos, cuquillos…

De crío, paseaba un día con mi abuelo Manuel por el monte de Tébar (Cuenca). Él había sido pastor en esos mismos montes y recuerdo que le pregunté: -¿Qué son esas casitas de piedra? -¿Esas…? – dijo haciendo una pausa. -Esos «cubos» son la diferencia entre la vida y la muerte -Me respondió.

Imaginemos un día de hace 80 ó 90 años, uno de esos días de ventisca y nieve de los de antes en el interior de España. Para un pastor en el monte o un labrador alejado del pueblo, la diferencia entre la vida y la muerte era tener a mano de una de estas construcciones.

Estrictamente no podemos pensar que se trata de grandes construcciones del pasado. No es una catedral gótica, ni un palacio renacentista. Pero detrás de cada uno de ellos hay una historia de esfuerzo, sacrificio y casi supervivencia.

Su técnica bien sencilla: «técnica de la piedra seca». Apilar piedra sobre piedra sin apenas retocarla, sin mortero de unión. En zonas pedregosas, durante siglos, la gente que trabaja la tierra fue acumulando piedra en las lindes, en majanos enormes. Es esta piedra la que se ha empleado en construir todo tipo de obras: bancales, corrales, chozos, sin más habilidad que la de colocarlas unas  sobre otras acuñándolas y aprovechando su peso para que no cayeran.

Oberturas las justas, el frío no debe entrar, una pequeña puerta por la que hay que agacharse mucho para acceder, un pequeño agujero en el techo para salir el humo de las hogueras que se pudieran encender en el interior y poco más.

Hay chozos (también llamados cubos, cuquillos…) por toda la geografía nacional, pero en pocos sitios hay una concentración tan grande como en el municipio de Tébar, a 10 minutos de La Casa del Río y de la Casa del Abuelo Amancio y muy cerca de Villanueva de la Jara. Hay censadas 207 de estas construcciones, casi dos por km. cuadrado. Y no es de extrañar, este municipio rodeado por dos cañadas, «Cañada Real Conquense» y » Cañada Real de Andalucía», está vinculado como pocos a la actividad agropecuaria. Tierra de pastores, los chozos suponían el refugio del frío del invierno y de los rigores del verano. Algunos de ellos tienen construcciones anexas a modo de cuadras o tainas para el refugio y guarda del ganado.

Afortunadamente hoy existen programas por todo el país para su recuperación y uso como reclamo para el turismo rural. En el municipio de Tébar hay varias rutas de senderismo y cicloturismo para visitarlos.

¿A qué construcción de otras latitudes del planeta recuerdan?

Si quieres saber más acerca de estas construcciones:

http://www.plamitcuenca.es/intervenciones/la-tierra-y-sus-hombres/los-chozos-de-tebar

http://venatebarydescubrelagrandesconocida.blogspot.com.es/2015/05/tebar-y-su-patrimonio-escenografico-los.html

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